La Ortoqueratología (Orto-K) es una técnica que reduce la miopía de forma reversible mediante la adaptación de lentes de contacto especiales, que permiten moldear la córnea durante el sueño. De esta forma, su vista mejora mientras duerme y disfrutará todo el día de una visión correcta sin lentillas ni gafas graduadas.

Se trata de un tratamiento reversible y seguro, que reduce la graduación mediante la modificación de la curvatura corneal. Actualmente, con la incorporación de nuevas tecnologías y los nuevos diseños de lentes de contacto se alcanzan resultados óptimos en la corrección de la miopía con rapidez.
Este tratamiento está especialmente indicado para miopías desde leves hasta moderadas y astigmatismos de baja graduación.

¿Cómo funciona?

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  1. La lente se coloca sobre la córnea y ésta ejerce una leve presión en su parte central.
  2. El ojo se ajusta a la forma de la lente durante el sueño, sin inconvenientes ni molestias.
  3. Al despertar, la lentilla se retira y el paciente disfruta de una buena visión durante el día.

¿Para quién está indicada la Orto-K?

Está especialmente recomendada para miopías en evolución en niños y jóvenes; de acuerdo con los últimos estudios científicos publicados, la Ortoqueratología es una técnica eficaz para ralentizar la progresión de la miopía.

  • Personas a las que por su profesión se les exige una buena visión sin corrección óptica. Este grupo incluye también a opositores y personas pendientes de una evaluación óptica exhaustiva.
  • Grupos que practiquen deportes o actividades incompatibles con el uso de gafas o lentes de contacto.
  • Pacientes cuyas características les impiden el acceso a la cirugía láser.

Esta técnica nunca debe aplicarse sin un estudio previo personalizado realizado por un optometrísta-contactólogo, descartando cualquier posible contraindicación.

El tratamiento se puede aplicar a cualquier grupo de edad, si bien es aconsejable en personas jóvenes.

¿Existe algún riesgo?

Recordemos que se trata de una técnica segura y reversible, aprobada por la FDA (Foods and Drug Administration) en EEUU en el año 2002. Así, podemos confirmar que no aporta más riesgo de complicaciones oculares que el uso prolongado de lentes de contacto. Su optometrísta le indicará el uso y mantenimiento adecuado, así como las revisiones periódicas recomendadas.